
Defensa de Mazmorra Volumen 3. Capítulo 4. Humo de guerra (parte 4) Dungeon Defense – Novela Ligera en Español
– Su Alteza. Haz tu justicia.
– …
De repente, el sonido de una risa vacía llegó a mis oídos.
La hoja cortó el aire y cortó la cuerda, liberando ambas manos. Con la extraña sensación de que no me habían cortado el cuello, abrí los ojos. La Princesa sonrió frente a mí.
–No voy a quitarte la vida.
– ¿Su Alteza…?
– Tu cuerpo está extremadamente sucio. ¿Por qué el margrave, de los cuales sólo hay cuatro en nuestro imperio, no cuida adecuadamente su vestimenta? La mente del hombre se basa en el cuerpo y el cuerpo se basa en la ropa. Entonces, si la ropa está desordenada, esto indica que los pensamientos de la persona también están confusos.
La princesa me desabrochó el cuello. Aunque intenté dar un paso atrás, la Princesa me agarró con fuerza por el dobladillo de mi bata. Esto fue confuso. Era absolutamente imposible que la Princesa deseara este viejo cuerpo, así que no podía entender el motivo detrás de esta acción.
– Esta es una orden.
– Como vasallo, como podría…
– ¿Alguna vez has sido mi vasallo? Sin embargo, dado que eres un criminal ante el imperio, te resultaría difícil objetar mis palabras. ¿O tal vez rechazarás las palabras del gobernante con el cuerpo del criminal?
– …
No pude resistirme.
Las manos blancas de la Princesa cayeron sobre mi pecho. Cuando se desabrocharon los botones, la funda se deslizó.
Como no debería ser el caso de una dama nacida en el Palacio Real, las manos de la Princesa eran ásperas. Recordaba vagamente el rumor de que desde su juventud la princesa aprendió de un pescador a pescar, de un cazador a cazar pájaros, de un granjero a arar el campo. Los aristócratas susurraron que éstas eran las extrañas payasadas de la princesa. Los dedos de la princesa estaban ásperos. Este sentimiento de rudeza demostró que las extrañas travesuras de la princesa no eran sólo una violación de las normas debido a su corta edad. Experimentando el lujo de ser desnudado por la Princesa, que no era un lujo, dije:
–Su Alteza, caimán…
– Mmm?
– ¿Cómo aprendió Su Alteza a despellejar un caimán?
– Vi al chef hacer esto en el Palacio Real.
– ¿Le enseñó el jefe de cocina a Su Alteza?
– No. No recibí ninguna lección. Acabo de ver.
La princesa acercó el cubo de madera y empapó un trapo en él. Estaba impresionado.
– ¿Su Alteza le dice a su humilde servidora que aprendió a manejar la cuchilla para quitar la piel sólo por observación?
– Eso es cierto.
Chapoteando, la Princesa lavó mi cuerpo con un trapo. Mi piel estaba deshidratada y seca, por eso tomó bien el agua caliente. Sentí mi piel respirar con dificultad. Mientras ella respiraba, mi mente se relajó. La Princesa calmó mi espalda y hombros exhaustos con una toalla.
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Detrás de mí la Princesa dijo:
– Tu El cuerpo me está contando sobre tu vida. Esta es la prueba de que no viviste con la cabeza, sino con el cuerpo.
– No es apropiado que un criminal escuche eso. Su Alteza, le pido que se abstenga de tales palabras.
– ¿Dónde te hiciste la herida punzante en la espalda?
– Esta es la cicatriz que el tuyo realmente recibió cuando tenía 18 años y entró por primera vez al campo de batalla. Mientras este servidor huía aterrorizado, un servidor fue herido por una persona desconocida.
– Sí.18 años, entonces tenía la misma edad que yo.
Aunque fue una falta de respeto, una pequeña risa escapó de mis labios. Fue sorprendente que la Princesa del Imperio tuviera 18 años, y extraño que yo ya tuviera más de 60. Como el camino que había recorrido de los 18 a los 60 era tan largo, me reí tontamente.
– Aunque los números son casi los mismos, este servidor no cree que otros apenas puedan acercarse a sus logros.
– Has sido leal a la Familia Imperial durante los últimos 60 años e igualmente leal a tu gente, pero parece que sólo dos derrotas son suficientes para destruirte. Consolaré tu cuerpo.
– …
– Tu humillación es tuya y no puedo borrarla. Por tanto, como no puedo purificar vuestros pensamientos, pensad que os consuelo lavando vuestro cuerpo. Al menos el camino de la reflexión no será solitario.
Entrecerré los ojos.
El agua fluyó hacia abajo y el vapor caliente subió. El vapor llenó la tienda como humo. El vapor olía a cuero. O el caimán, a quien la Princesa personalmente desolló, disfrutaba del extraordinario lujo de un animal, o yo disfrutaba del extraordinario lujo de que mi cuerpo como vasallo fuera lavado por la Princesa del Imperio. No podía decidir cuál era mejor. Parado en el vapor tibio, dije:
-¿Qué debe hacer tu humilde servidor?
– Dirigiré a los caballeros y me retiraré. Es muy poco probable que Barbatos nos deje en paz mientras nos retiramos. Lo más probable es que su ira haya llegado al punto de querer devolvernos todas las derrotas que han sufrido sus tropas hasta este momento. Bloquearás nuestra retaguardia.
– ¿Su Alteza le dice a su humilde servidor que muera en defensa?
– No te detendré.
Mi cuerpo tembló.
La princesa me tocó los hombros con sus manos desnudas. Mientras sus dedos ásperos arañaban mi piel, mi carne interior también me picaba.
– Sin embargo, no estarás solo. Mi hermano también estará allí. Si permites que el Príncipe Heredero muera, lo más probable es que siempre te conozcan como un traidor. Pero si puedes traer al Príncipe Heredero al sur, ¿no sería este acto digno de una gran recompensa?
– … ¿Su Alteza le está dando una oportunidad a su humilde servidor?
– Sólo quiero darte el lugar correcto.
La princesa también comentó:
– Incluso si pierdes esta vez, no castigaré a la región norte.. Lo juro por el nombre de los Habsburgo, así que vete y sufre tu propia humillación.
Este era un exceso que el criminal ni siquiera podía esperar.
Incliné la cabeza.
– Su Alteza, este anciano cumplirá su orden.
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El autor: Yoo Heonhwa
Traducción: Artificial_Intelligence